Foro: Unificación de Criterios
ante el proceso de acreditación
Parte 1
Realizado antes del
Diálogo 2007 de Líderes Educacionales en la Ciudad de Panamá en la
tarde del 20 de Marzo de 2007
Participantes:
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J.G.
Judy de Graner—Misionera
en Colombia, Redactora de SEC |
D.M.
Darío
Mateo—Director
de Educación Cristiana en la Rep. Dominicana |
N.B.
Nérsido Borg—Dir.
del Instituto Bíblico Central, Santo Domingo, Rep. Dom. |
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S.B.
Samuel Balius—Ex-Presidente
y Asesor de ATAL |
R.V.
Roel Vela—Director
de Educación Cristiana en Guatemala |
F.F.
Fernando Figueroa—Director
de Educación Cristiana en México |
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J.E.
Jorge Echazábal—Dir.
Nacional de IB en Panamá; Sub-Dir. del CRA
R.B.
Rodney Boyd
– Director del
CRA
Los pioneros de la formación
ministerial de las Asambleas de Dios, buscaron medios para lograr la calidad
más alta en el tiempo más corto. El Plan era básico y de enfoque
monolítico. Ahora, frente a un contexto cultural tan diverso y un
desarrollo de la obra educativa igualmente heterogéneo, nos abocamos a
la necesidad de buscar un lenguaje común.
Uniformidad no necesariamente
implica “ser idénticos”. Pero cuando las respuestas particulares proceden de
necesidades similares es el tiempo de hablar de consonancia. Creemos que en
el proceso de acreditación la uniformidad de criterios es esencial.
Quisimos aprovechar el
Diálogo 2007 para tomar de las experiencias de algunos de los participantes
acerca del tema: Uniformidad de criterios.
CRA
- De estas expresiones ¿Cuál cree usted que identifica mejor el proceso que
estamos viviendo en la tarea de formación de ministros?
“Individualismo local”, “intercambio de experiencias”, “búsqueda de
alternativas comunes”, “consulta y aprendizaje común”.
D.M.
Yo creo que nosotros heredamos nuestra forma de “gerenciar” la iglesia. No
hubo un trabajo que nos llevara a una unidad de criterios o a un trabajo en
equipo. La carencia de esto nos llevó en cierto modo, a un
individualismo local. Sin embargo, la época nos esta forzando a romper
eso con el intercambio de experiencias, como también a la búsqueda de
alternativas comunes
R.V.
La mayoría quiere vivir en un individualismo local. Hasta cierto
punto, esto nos mantiene sin ningún adelanto. Sin embargo, esto nos da la
pauta de buscar alternativas. Con el tiempo ha bajado la
asistencia al tradicional Instituto Bíblico diurno, y ha habido la
necesidad de buscar alternativas. Algunos no miran con buenos ojos un
cambio, quieren que aquel principio lejano se mantenga.
J.E.
Y se vuelva al individualismo, forma diríamos, un poco cerrada, del manejo
de la obra local.
R.V.
No se dan cuenta de que ya no están en el mismo tiempo. Otras instituciones
educativas están llevando las oportunidades a las personas. Nosotros
estamos chocando con esas ofertas. Esto nos lleva a la necesidad de
buscar alternativas comunes, y llevarle las posibilidades al obrero para que
se prepare. De no hacerlo así, estamos retrocediendo unos veinte o treinta
años. Al tener la experiencia de un Diálogo como este, nos damos
cuenta de que son alternativas que Dios está usando y que nosotros debemos
abrirnos a ellas, porque si nosotros no lo hacemos otros lo harán.
Nosotros debemos actuar.
F.F.
En México ha habido una evolución en muchas cosas. Oyendo lo que los
compañeros están compartiendo yo no veo atrás necesariamente, más bien veo
nuevos retos y oportunidades. La educación tiene varios componentes y
el Instituto Bíblico es parte de un proceso que comienza en la iglesia.
Cuando decimos que los Institutos ya no tienen alumnos, no es porque
necesariamente no tienen alumnos en sí, sino porque se rompió una cadena.
Hay que revisar la educación a nivel de la iglesia, y los niveles que
vienen. La educación está madurando en muchos niveles.
CRA
- ¿Dónde diría usted que está México?
F.F.
Buscamos alternativas comunes. Por eso yo vengo a buscar ayuda a esta
mesa. Es curioso, pero ni el Instituto de Tijuana, es igual al Instituto de
Mérida. Son tan diferentes por la idiosincrasia, la economía, la
visión. Si, en mi propio país hay gran diversidad. Piense en un
nivel continental.
CRA
- El hermano ha entrado en el siguiente tema. ¿Es posible la
uniformidad de criterios como una búsqueda positiva?
F.F.
Pensando en la búsqueda de criterios comunes, es posible. Podemos
construir si participamos y nos atrevemos a dejar nuestras posiciones y nos
abrimos a la pluralidad que esta mesa puede cimentar.
CRA - Quisiera
hacerle una pregunta al hermano Samuel. Pensando en la acreditación de
ATAL, háblenos del trasfondo histórico de la creación de ATAL. ¿Qué
estaban buscando los líderes educacionales de las Asambleas de Dios en el
principio?
S.B.
Yo estoy maravillado, sentado aquí, y escuchando a los hermanos.
Cuando yo vine aquí en el año 1959 teníamos solamente el nivel básico de los
Institutos Bíblicos. Algunos de ellos venían solo dos meses por año.
Después de tres años, en su forma de pensar, ya habían terminado sus
estudios. El Plan Básico nació precisamente para ayudarnos a salir del
individualismo local y unirnos como América Latina en cuanto a la
preparación de ministros.
Hay una evolución que estamos
experimentando. Como dijo el Hno. Fernando, es por la madurez de la
obra que estamos llegando a estos asuntos en este Foro, gracias al Señor.
CRA
- Hace varios años, en una reunión como esta, se habló de uniformidad.
Uno de los líderes dijo: eso es algo imposible. Creo que en esa
ocasión se manifestó un individualismo local. Ahora regreso a la pregunta:
¿Qué creen ustedes; será posible esta búsqueda de uniformidad de criterio?
J.G.
Es difícil, sí, pero creo que es posible. Represento un país
(Colombia) que ha vivido un ciclo quizás diferente a Guatemala, y parecido a
México en ciertos aspectos, en el sentido de que por varios factores se ha
permitido quizás demasiada flexibilidad en vez de guardar normas de
uniformidad. En un tiempo, hubo un criterio de uniformidad para el país.
Pero, por muchos factores, se permitió tanta flexibilidad. Ahora
estamos como si hubiéramos hecho una vuelta completa. Quizás estamos
otra vez buscando uniformidad. Se permitió que enseñaran muchas cosas
diferentes en las sedes. Ahora, habiendo cumplido ese ciclo, experimentamos
estudios por extensión, por Internet on-line, estudios sabatinos, estudios
nocturnos y seminarios intensivos. Estamos viendo que un panorama tan
diverso tenía que entrar a una uniformidad.
En una cumbre de educadores que
tuvimos a finales del año pasado se presentó PROCEPA y el concepto de ATAL y
fueron muy bien recibidos. No es como ponernos en camisa de fuerza
haciendo que cada sede enseñe exactamente lo mismo. Ni se estaba
requiriendo los mismos esquemáticos en la misma asignatura, pero si que por
lo menos que la formación se basara en ciertos valores fundamentales
que son los mismos para la formación de profesores, para poder graduarse de
los Institutos Bíblicos y con ISUM. Creo que es necesario volver que
en toda Colombia nuestra terminología signifique lo mismo “graduarse de un
Instituto”. Ya estamos de acuerdo en lo que significa porque en cada
Instituto trataron lo mismo. Hemos permitido tanta flexibilidad
pero ahora estamos volviendo a cerrar un poco. Sin decir no, sabemos
que necesitamos un poco más de uniformidad de criterio.
CRA
- Vemos mejor que no solamente es posible, sino necesario y urgente que se
tenga un lenguaje común en aspectos fundamentales.
S.B.
Para ser aceptado en otro país, un ministro de las Asambleas de Dios tiene
que cumplir ciertos requisitos que son iguales siguiendo cierta uniformidad.
También debe ser en el área educativa. Uniformidad es necesaria para ir
adelante con la obra del Señor. No quitando la individualidad de cada
nación, por supuesto.
J.E.
Sí, porque no se trata de quitar la individualidad, sino de buscar puntos de
común acuerdo.
CRA
- Obstáculos, ¿Cuál les parece que podría ser un obstáculo a esta búsqueda?
El hermano Roel mencionó algo relacionado con obstáculos.
N.B.
El individualismo local se traduce muchas veces como una forma de suspicacia
hacia lo que viene de afuera. Muchos, no comprendiendo la necesidad de la
uniformidad en los asuntos medulares, tienden a cerrarse. Crean
obstáculos para abrir el abanico a las posibilidades. Lo que ocurre es
que están pensando más en su propia opinión que en la posición del país.
Algunos llegan hasta decir, que si
nos ha dado resultado, porque cambiarlas? Quizás nos ha dado resultado un
30%. Si recibimos la ayuda, si hacemos intercambios de cómo las cosas
nos pueden resultar mejor tal vez nos de un 70% o hasta un 100%. No
estamos buscando necesariamente buenos resultados, sino los mejores
resultados. Esa manera de ver las cosas de afuera como si fueran dañinas es
una manera de obstaculizar el intercambio internacional.
Cuando un río se desborda sólo
pueden poner compuertas para esas aguas, ya que de algún modo las aguas van
a seguir corriendo y van a hacer más daño que bien. Ya que el mundo esta en
un proceso de un río desbordado lo importante es canalizar esas aguas. El
conformismo es un obstáculo peligroso, así que tenemos nosotros que
sobreponernos, aunque tengamos que recibir de alguna manera una
estigmatización por algo nuevo.
J.G.
El hermano Nérsido menciona el hecho de canalizar las aguas. Lo que
estamos viviendo en Colombia es la Globalización de conceptos. Ha sido
tan amplia que a veces el río se desborda y uno no sabe cuales son los
parámetros. Entonces, así como demasiada conformidad puede ser un
obstáculo, demasiada apertura podría ser el otro obstáculo. Yo creo que el
equilibrio que menciona el hermano es muy importante. En
reuniones como este Diálogo y Cumbres de educadores podemos tener lo que yo
podría llamar criterio hermenéutico, para determinar en este
“desbordamiento” que es lo más ajeno a los valores fundamentales para que
esas aguas se canalicen para salud espiritual de la iglesia. Que no
nos pase como a algunas denominaciones; comenzaron con un criterio muy
recto, muy bíblico, muy Cristocéntrico y hoy en día son apenas obras
sociales. No una conformidad de que “siempre lo hemos hecho así”, pero
tampoco ser tan abiertos.
D.M.
Pensando en lo que decía nuestro hermano Samuel, yo veo que Dios está
llevando a cabo su plan a través de instrumentos humanos, pero el Espíritu
Santo ha estado guiándonos. Por ejemplo, el surgimiento de ISUM, una
respuesta en su momento, la Facultad de Teología, la ATAL. Eso nos
dice a nosotros que es posible la unidad de criterio para suplir y dar
respuestas a nuestras necesidades.
En un artículo del superintendente
Thomas Trask el dice que ve las Asambleas de Dios en este momento como un
barco que ha navegado mucho, pero que tiene “lama” y hay que quitársela para
que pueda seguir con libertad. También dice que las Asambleas de Dios
deben de estar abiertas para establecer cambios necesarios, tomando en
cuenta mantenerse en los principios.
CRA
- Pasemos otra vez a lo que sería el lenguaje común. ¿Podemos
distinguir significados entre un término y otro? Debemos buscar formas
comunes?
R.B.
Hermana Judy ¿Hemos pensado en actualizar el Plan Básico, cambiarlo,
reducirlo hasta el grado de Básico y abrir otro terreno para especialidades
o para lo que sea otra propuesta? Exigimos 96 créditos para un
Diploma. Cuántas unidades adentro de este paquete son netamente
obligatorias? Se puede reducir lo que es el Plan Básico, a este paquete
“básico del Básico”? Además de esta reducción podríamos añadir otras
asignaturas nuevas. ¿Es esto algo posible?
J.G.
El Plan Básico tiene la opción de especialidades, pero las
96 unidades quedaron como fundamento. Sería un poco difícil para un
país como Guatemala y como uno o dos países tradicionales, donde el Plan
Básico es la guía en donde se necesitan los ejes temáticos, los objetivos y
todas las asignaturas. Una comisión ha debido salir de la Trienal
sobre cambios de orden de las asignaturas. Si de este Diálogo y de la
Cumbre de Educadores salieran recomendaciones que fuesen aprobadas por la
Trienal, en verdad, la voz de la Trienal es la voz que manda.
R.B.
Mis preguntas surgen por no tener algo definido, por no tener como un
límite. Esto da a cada país la opción de cambiarlo. No hay los
parámetros necesarios. Hay que tener algo establecido como el básico y
entiendo que es la Trienal que manda, es cierto.
J.G.
Pero a ellos hay que llevarles la recomendación que podría salir de un grupo
como éste.
F.F.
Si no existen parámetros, debían existir. En la educación secular la
primaria es igual aquí y allá. La preparatoria, no conozco de otros
países, pero en toda Latinoamérica es más o menos uniforme.
J.G.
Cuando yo hablo de flexibilidad, por ejemplo en Colombia, se enseñan
normalmente las Teologías. Pero ya se enseñan más asignaturas
ministeriales, más bíblicas, y además de esto, hay especializaciones:
Ciencias Religiosas Capellanías, etc. Los parámetros básicos existen, si,
pero dentro de esos hay cambios, especialmente en las formas en que se han
transmitido. Yo enfocaría el tema un poco diferente a lo que ha definido el
hermano Jorge en ese sentido. Para mí lo importante que se
debería fijar en el Plan Básico son los principios, los fundamentos, los
significados básicos.
R.B.
Si, pero allí es donde entra ATAL, porque ATAL debe vigilar esto bien.
J.G.
Pero ATAL necesita que el Plan Básico defina esos parámetros.
R.B.
Por eso para mí el Plan Básico debe tener definiciones de conceptos.
Lo que son unidades de créditos, lo que significa un sistema semi-presencial;
sino es presencial, cuánto tiempo debe estudiar el alumno para ganar una
nota, si está en el aula o fuera del aula; cosas así.
J.G.
Empecemos con el concepto de una unidad. Son 16 horas de estudios más
2 horas por cada hora presencial. Cuál es el equivalente? Es donde hay
la flexibilidad, o sea, hay diferentes formas de cumplir los números de
horas, pero las horas deben cumplirse, ya sean con sus tareas presenciales,
o a distancia, deben estar cumpliéndose.
R.B.
Entonces, quien debe definir la equivalencia? Es el Plan Básico? O es la
ATAL?
S.B.
Es la Facultad que tendríamos que poner al frente de este asunto, porque
muchos dicen tener créditos de tal estudio. Hay que probarlo de alguna
forma, si en verdad llegó a adquirir el conocimiento. Porque no
importa cuántas horas uno pase. El equivalente muchas veces es difícil de
medir, hay que tener algún instrumento para medir la equivalencia el cual no
conozco.
J.E.
Se ve que va a ser difícil poner una norma que tenga la misma
equivalencia para las diferentes metodologías o formas de entrega.
Precisamente lo que buscan los estudiantes, como decía el hermano Roel, es
algo más rápido, eso significa menos tiempo, significa menos unidades,
porque entiendo que tiempo es unidades de créditos.
S.B.
Hno. Jorge, yo creo que así es. Todo el mundo quiere el doctorado sin pasar
por el proceso. Esto está pasando en todo el mundo. Queremos título
expreso de un día al otro. Pero la prueba en el caso de formación
ministerial es saber qué está haciendo en el ministerio, no cuántos títulos
faltan o tienen.
D.M.
Yo veo la necesidad de que la Trienal apoye la iniciativa y
sugerencia de todas las medidas y las conclusiones que se llegan aquí.
Esto ha sido pensado con anticipación. Veo a la Trienal como la
instancia en que se deben crear las normas y la ATAL como quien debe
vigilarla para que esas normas se cumplan.
Con los métodos siempre tenemos que
ser flexibles. A veces vemos que los enfrentamientos que se dan en
nuestros contextos más son por los métodos que por los principios.
Debemos estar claros nosotros, que los principios no son
negociables. Con respecto a la pregunta del hermano Rodney, yo creo
que es un aspecto necesario el criterio respecto a cuántas materias son
básicas. Yo creo que el Plan Básico debe definir. Es algo que
estamos haciendo casi todos, tratando de saber qué es básico y qué no es
básico.
Foro, parte 2
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